jueves, 7 de mayo de 2009

LA PLAZA DE ARMAS


• SI algo nos puede hacer soñar que viajamos en el tiempo y sentir la sensación de estar en la época colonial, es la plaza más antigua de la ciudad, La Plaza de Armas, donde invita a cada visitante, a conocer su historia…
En el primer espacio abierto, destinado a la plaza, se encontraban las casas
de los primeros vecinos —simples bohíos—, la iglesia de piedra y tejas que se reconstruyó en 1550 y el castillo de la Real Fuerza.
En 1586, las Actas capitulares del Ayuntamiento hablaban de la necesidad de ampliar su espacio y diversas circunstancias lo favorecieron. Entre ellas, la noticia de los ataques perpetrados por el almirante inglés Francis Drake a las ciudades de Santo Domingo, en la República Dominicana y Cartagena de Indias, en Colombia.
En 1773, el Gobernador y Capitán General marqués De la Torre, propone al Cabildo el plan concertado de reconstrucción de la Plaza de Armas. Estas obras fueron bien acogidas por la Corona que las consideró “útiles y convenientes al real servicio, al beneficio público y al adorno de la ciudad”. El plan general fue prontamente puesto en ejecución.
La Plaza de Armas se convirtió en el centro cívico de la población gracias a las transformaciones de que fue objeto, que incluyeron, la terminación y la construcción de los dos edificios públicos más relevantes de la época colonial: la Real Casa de Correos —obra ya comenzada en el año 1770— más conocida como el Palacio del Segundo Cabo y a continuación del castillo de la Real Fuerza, la Casa del Cabildo —Palacio de los Capitanes Generales— que ocupa todo el lado Oeste, donde se alzaba la iglesia que fue dañada severamente en el año 1741 por la explosión del navío “El Invencible”, por tal motivo fue demolida.
Ya en 1776, la plaza se amplió a las dimensiones actuales y después de varios cambios en el trazado de su parque, en el año 1929, fue reconstruida siguiendo el diseño que tuvo anteriormente.
En la Plaza de Armas se han realizado muchas obras de reconstrucción y revitalización, podemos citar: el adoquinamiento de sus calles, el Instituto del Libro, el Museo de la Ciudad de La Habana, el Museo Nacional de Historia Natural, el Templete, el hotel Santa Isabel, la apertura de servicios a la población como el restaurante La Mina, la Casa del Agua, la Casa de la Natilla, entre otros.
La esmerada labor de los constructores y especialistas, ha hecho que se puedan rescatar los valores arquitectónicos, históricos y urbanísticos que son un aporte a la cultura universal. •

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