miércoles, 21 de abril de 2010

Restaurante El Santo Angel - Antigua Casa de los González Larrinaga




FOTOS: Coralia Rivero

• Muchos son los lugares en La Habana Vieja que se pueden visitar para disfrutar de una buena comida que satisface todos los gustos, en un ambiente acogedor, donde cada detalle ha sido diseñado por especialistas en decoración, y además, lleno de atractivas historias y uno de ellos es el que se encuentra en una de las antiguas residencias en la Plaza Vieja.
A principios del siglo XIX esta mansión pertenecía a la familia González Larrinaga y la señora Susana Benítez, esposa de don Antonio, quien instituyó en 1866, el colegio El Salvador para niños pobres, en memoria a su hijo fallecido tempranamente.
Esta casa, una de las más atractivas, presenta en su arquitectura los cambios que ha sufrido a través del tiempo, desde el siglo XVII hasta el XIX. En su fachada podemos apreciar, en su planta alta, la baranda de hierro fundido con un elaborado y bello diseño. Su amplio portal está formado por varias y altas columnas con sus arcos, que le dan el toque característico de las demás construcciones coloniales que rodean a la Plaza Vieja.
Después de ser restaurada por los especialistas de la Oficina del Historiador de la Ciudad se transforma en el restaurante El Santo Ángel, que cuenta con cuatro amplios salones a disposición y al gusto de los visitantes. Una de las áreas se encuentra al aire libre, donde desde las mesas se puede apreciar la agradable vista de la plaza. Otro de los lugares del restaurante se encuentra en el patio central para los que gusten disfrutar de la naturaleza rodeados con una atractiva vegetación.
La originalidad en el diseño de los elementos como la decoración de los salones, la carta, doyles, entre otros, le dan un toque de distinción a este restaurante, como la presentación de distintos platos de arroces que se sirven en vasijas originales.
Se ofrece un innovador menú con una amplia variedad de comida cubana e internacional realizada con alta calidad por los especialistas de la gastronomía.
El mayor de sus salones se ha convertido en una galería de arte, donde se puede apreciar las obras de algunas personalidades de la cultura y además escuchar la buena música que se ofrece. Es un restaurante donde todo visitante expresa su agradecimiento por la buena atención, su exquisita comida y su atractivo lugar. •