sábado, 2 de mayo de 2009

Casa del Marqués de Arcos




• Esta casa fue la más interesante de la Plaza de la Catedral a principios del siglo XVIII, habitada por el doctor Francisco Teneza, a quien la Corona Española confirió el título de Protomédico de La Habana. El día 6 de mayo de 1707 solicitó y obtuvo un permiso para fabricar portales a su casa, aparentemente de una sola planta.
Luego de fallecido Teneza, la casa fue adquirida por don Diego Peñalver y Angulo, tesorero oficial de la Real Hacienda, quien emprendió su reconstrucción y la hizo de dos plantas. Al propio tiempo y con objeto de ampliar su propiedad, compró otras casas del lado opuesto al callejón, llamado entonces “del doctor Teneza”, que comunicaba la plazuela de la Ciénaga —hoy Plaza de la Catedral— con la calle Mercaderes.
De don Diego pasó la casa a su hijo Ignacio Peñalver y Cárdenas, quien en 1792 recibió el título de Marqués de Arcos, e hizo luego por ella algunas modificaciones con el fin de instalar allí la Tesorería, por ser tesorero como lo había sido su padre. Pero estas modificaciones, principalmente la introducción de sendas ventanas en los tres arcos superiores, fueron rectificadas al hacerse la restauración de esta plaza en 1933, por la Secretaría de Obras Públicas.
A mediados del siglo XIX, los marqueses Arcos pasaron a habitar una mansión aún mejor dando lugar a que posteriormente, la casa fuera ocupada por las oficinas de Correos, luego la sociedad Liceo Artístico y en estas vicisitudes, vino a parar, como tantas otras de la época colonial, en casa de vecindad, que dio como resultado el deterioro de la misma.
La fachada que da a la plaza presenta una agradable asimetría no común en las casas coloniales cubanas de esa época.
El balcón, sostenido por grandes palomillas de hierro, posee un espléndido barandaje de bronce de puro estilo Luis XV, que suplanta al anterior, presuntamente de madera.
La entrada principal de esta casa se encuentra por la calle Mercaderes, a pesar de ser el frente de la plaza el más conocido. El patio está rodeado de arquerías bajas y altas apoyadas en columnas y está pavimentado con losas de piedra de San Miguel, como convenía para el movimiento de los carruajes y otros menesteres del servicio doméstico.
La escalera, obra de gran monumentalidad, calculada como las de los grandes palacios italianos del Renacimiento, tiene cuatro ramas y se encuentra en un amplísimo y elevado recinto que facilitaba y teatralizaba el desfile de damas y caballeros con sus lujosos atavíos.
Durante más de veinte años la Casa del Marqués de Arcos albergó, en la planta baja con frente hacia la plaza, al Taller Experimental de Gráfica de La Habana que desde hace ya un tiempo se trasladó para el Callejón del Chorro.
En estos momentos se trabaja en la restauración de esta joya arquitectónica para recuperar sus pinturas murales, carpintería y herrería a su antiguo esplendor. Después de restaurada, su planta baja se convertirá en un corredor comercial para enlazar la calle Mercaderes y la Plaza de la Catedral. •

1 comentario: