jueves, 7 de mayo de 2009

El castillo de la Real Fuerza





• Lleno de historia y hermosas leyendas, surge majestuoso, en la Plaza de Armas, una de las obras que integran el conjunto arquitectónico del continente de la etapa colonial española.
En 1521, un florentino al servicio de la Corona francesa, Juan de Verrazano, llegó hasta las aguas caribeñas y capturó parte del tesoro del emperador azteca Moctezuma, que el colonizador Hernán Cortés enviaba al Rey español Carlos V.
Esta presa extraordinaria que cayó en poder de Francia, provocó que los mares del Nuevo Mundo, especialmente el Caribe, se llenaran súbitamente de corsarios y piratas. Ante el evidente traslado de los conflictos europeos a tierras americanas, los habitantes de las villas comenzaron a pedir la fortificación de éstas. Por ello, en 1526, el Consejos de Indias ordenó que se efectuaran estos trabajos en todas las poblaciones costeras.
Los primero ataques piratas se produjeron en Cuba en 1537, cuando en dos ocasiones, fue atacada en el puerto de La Habana la flota procedente de Veracruz. En 1538 los corsarios franceses atacaron a Santiago de Cuba, pero al ser rechazados se dirigieron a La Habana, donde saquearon las viviendas, la iglesia y quemaron la primitiva villa.
En el año 1539 se construye la primera fortificación de La Habana llamada “Fuerza Vieja” pero era de poca capacidad defensiva.
A partir de 1541, quedó implantada la comunicación por flotas entre América y España. La Habana se convirtió en el punto de reunión de todos los navíos que tenían valiosas cargas. De este modo la situación se hizo en extremo peligrosa para los habitantes de la villa.
Sólo después de 1555, cuando Jacques de Sores ataca y saquea la ciudad y destruye la “Fuerza Vieja”, la evidencia del hecho no permite dilatar más la cuestión de una nueva defensa para la ciudad.
Una Real Cédula del 9 de febrero de 1556, ordenaba al nuevo gobernador la construcción de otra fortaleza: el Castillo de la Real Fuerza.
Las obras comenzaron oficialmente el primero de diciembre de 1558, dirigidas por el ingeniero Bartolomé Sánchez, enviado de España para este fin. Luego de las dificultades y de infinitas dilaciones y pleitos, ya en 1560 continúa la obra Francisco Calona. Tras varios años de trabajo, fue concluido el 27 de abril de 1577.
Este castillo trazado sobre relaciones geométricas cuidadosamente calculadas, marca un primer y claro anuncio del diseño militar renacentista que en poco tiempo se extendería por todo el continente.
En 1632 su torre fue levantada por orden del gobernador Juan Bitrián de Viamonte quién mandó a colocar en lo alto de la misma una estatua de bronce de 107 centímetros de altura llamada Giraldilla, considerada como símbolo de la Ciudad de La Habana, obra del escultor habanero Jerónimo Martínez Pinzón.
Este castillo situado entre la calle O’Relly y Avenida del Puerto, es considerado como la fortaleza colonial más vieja de América y es, entre otras, una de las obras del patrimonio Mundial de la UNESCO. Allí se expone una interesante colección de armas de épocas diversas, el Museo de Armas. Otras de las atracciones que ofrece es un amplio panorama de la cerámica artística cubana con obras de Wilfredo Lam, Amelia Peláez y Mariano Rodríguez, entre otros. •

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