domingo, 22 de febrero de 2015

El jardín de Diana

• Entre las labores realizadas en La Habana Vieja se encuentra la creación de espacios, donde el diseño de la jardinería juega un papel esencial, acompañados con fuentes y esculturas que dan al conjunto un agradable ambiente. Uno de ellos es llamado El Jardín de Diana que rinde tributo a la memoria de la princesa de Gales (1961-1997). La creación de este jardín se realizó en una parcela de terreno, ubicada al fondo de la que antes fuera mansión de la renombrada familia Pedroso, uno de los inmuebles más antiguos de nuestra ciudad colonial, justo frente a la bahía habanera y muy próximo a la Plaza de San Francisco de Asís, en la calle Baratillo entre Carpinetti y Obra Pía. Ocupa un área que abarca los 740 metros cuadrados. Se utilizó pavimentos de gravilla que delimitan los senderos en medio de la vegetación y al centro se ubicó un estanque en forma de aro cubierto con cerámicas de colores, portando plantas acuáticas, y una pérgola formada por arcos. La decoración ambiental contiene obras de renombrados artistas de la plástica cubana como Alfredo Sosabravo, René Palenzuela y Juan Narciso Quintanilla. El área verde está compuesta de árboles y plantas ornamentales de diferentes países, como el roble, la ceiba brasileña, crotos y helechos entre otras especies. La realización de esta obra fue gracias a un proyecto de los especialistas de la entonces Dirección de Arquitectura Patrimonial de la Oficina del Historiador. La inauguración se realizó a los pocos meses después de la muerte de la princesa Diana de Gales, quien falleció en un accidente automovilístico en París el 31 de agosto de 1997. Su hermosa labor social estaba en encargarse cotidianamente de asuntos relacionados con los minusválidos, la infancia, los enfermos de SIDA, de cáncer y la gente sin hogar. Con el tiempo llegó a representar a más de 500 instituciones que promovían la protección y el amparo de aquellos sectores sociales de menos recursos. El bello rincón habanero, digno de respeto, ha mantenido su belleza para que el visitante encuentre, un lugar apropiado para el descanso, un ambiente de paz y meditación. “Hoy este jardín constituye un espacio de concordia abierto para gentes de todo el mundo que visiten La Habana”, como afirmó nuestro historiador, el Dr. Eusebio Leal el día de su inauguración. •