viernes, 4 de junio de 2010

La Alameda de Paula



FOTO: Coralia Rivero

• La alta sociedad habanera en la época colonial, llegaba en sus quitrines para asistir unos al teatro más cercano, otros a la iglesia o simplemente como punto de reunión y contemplar la belleza de la bahía de La Habana.
Este lugar de encuentro y primer paseo marítimo, fue en sus primeros tiempos un terraplén situado desde la calle Acosta hasta la iglesia de Paula, pero después de su remodelación, fue durante mucho tiempo uno de los sitios coloniales más atractivos de la capital, mandado a construir en 1870 por don Felipe Fondesviela, Marqués de la Torre.
El arquitecto que realizó la obra era llamado Antonio Fernández de Trebejos, lo construyó con bancos de piedra y respaldar de reja labrada situados con la vista frente al mar. Se pusieron a los dos extremos unas escaleras, por la elevación que presenta el área y se colocaron varias farolas para la iluminación nocturna. En el centro del paseo una alta fuente de mármol construida en Italia, en 1847, hace el honor a la Marina de Guerra y en altorrelieves tiene imágenes que representan banderas, trofeos militares, escudos y laureles alegóricos a España. En ella se muestran 4 cabezas de leones que por sus bocas vierten chorros de agua.
El nombre de esta alameda lo adquiere por la cercanía a la iglesia de San Francisco de Paula y por la hilera de arboles de Álamo colocados a todo lo largo de este lugar, dándole así, un bellísimo atractivo.
Años más tarde fue perdiendo su importancia ya que la Plaza de Armas se convirtió en el nuevo punto de reunión de la sociedad y un tiempo después la compañía norteamericana Havanna Central instaló a la orilla del mar sus muelles y almacenes, dejándola convertida en un sitio de concurrencia de cuanto marinero llegaba al puerto.
Hoy La Alameda de Paula es un sitio para el esparcimiento y la contemplación de su paisaje marino gracias a los trabajos de conservación y restauración de la Oficina del Historiador de la Ciudad.•